Con mucha autocrítica y ganas de hablar; Pablo Obreque dialogó con GENTE DE BÁSQUET, realizando un balance del torneo “Ciudad de Bahía Blanca”, del cuál dejó su opinión sobre el sistema de competición. Certero como siempre, el máximo referente de La Falda, aclaró en que deben mejorar y para que les servirá el receso invernal.
¿Qué balance hacés de esta primera parte del año?
Indudablemente que el balance no es positivo. Primero porque no conseguimos el objetivo que nos habíamos propuesto, de clasificar entre los seis primeros puestos. Además, tuvimos un rendimiento muy irregular, donde nunca nos pudimos acomodar. Sinceramente nos quedó un sabor amargo, por no haber dado nuestro mejor esfuerzo.
¿A qué se debió esa irregularidad?
(Piensa) Cómo primera medida, creo que el año pasado alcanzamos un rendimiento muy alto como equipo y mantenerlo este año, sería difícil, a pesar de haber conservado la base. Ya los equipos nos conocen y creo que eso llevó a confiarnos. Somos conscientes de nuestras limitaciones y siempre tratamos de dar todo en la cancha; pero nunca logramos plasmar todo lo bueno que hacíamos en un juego, en el siguiente partido. Tampoco nos hicimos fuertes de local, que siempre fue un punto a favor nuestro.
¿Qué aspectos hay para pulir?
Jugar en equipo. Este año considero que nos estamos pasando más y mejor la pelota. Deberíamos fortalecer la defensa con mayor comunicación entre nosotros; porque siendo fuerte atrás, nos permitiría correr, algo que no pudimos hacer en la mayoría de los partidos.
¿Para qué les servirá el receso?
Uhhh (mientras suspira)…en esta oportunidad, para muchas cosas. Para reacondicionar a los jugadores que están lesionados y darles tiempo de descanso a los que permanecemos muchos minutos en cancha. Y en cuanto al juego, lo primero que tenemos que hacer es tomar conciencia que tenemos y podemos mejorar. Tenemos que ser fuertes de la cabeza y corregir errores para poder desarrollar mejor nuestra forma de jugar. Nos servirá para fortificar en el aspecto físico. Y por último, deberemos arrancar de la mejor manera, logrando fortalecer la localía.
Les quedó un equipo corto.
La verdad que, respecto al año pasado, estábamos acostumbrados a una mayor rotación; y en este torneo no pudimos plasmarla. Tuvimos algunos problemas con las lesiones y los juveniles que se sumaron este año aún no se acomodaron; lo que provocó que los mayores debamos permanecer mayor tiempo en cancha.
En este momento, ¿Te gusta el sistema de competencia en este torneo?
(Se pone serio y cambiando el tono de voz)…Desde que empezó el año, quedaba evidenciado un primer torneo muy fuerte, donde había que darle mayor importancia para asegurarse un lugar en los playoffs. Se buscó eso justamente, darle mayor valor al Ciudad de Bahía Blanca, que antes no sucedía; pero creo que no a los equipos que sumaron algunos jugadores nuevos, no lo deja adaptarse. Con respecto al 2011, como nos pasó a nosotros por ejemplo, tuvimos un primer torneo medio flojo y una gran segunda parte del año, lo que nos permitió escalar en la tabla de posiciones. Con este sistema, quedamos condicionados a pelear por sólo dos puestos. Creo que desfavoreció al torneo en general este sistema de competición.
¿Qué podés aportarles a los juveniles con tu experiencia?
Aconsejarles, pregonarles compromiso; no sólo el hecho de asistir a los entrenamientos sino que los afronten con la intensidad necesaria para contribuir al equipo. Esto les dará el rodaje para ir ensamblándose el grupo porque se brindarían al máximo. Ellos tienen mucho talento para jugar; pero deben adaptarse a los roles que les toca asumir dentro del equipo. Y cuentan con una ventaja, que se suman a un grupo armado y aportan lo que saben hacer. Esto les sirve para obtener tranquilidad en sus cabezas y la transición a un equipo de mayores. Teniendo en cuenta que ellos son el futuro.