Con dos libres de Matías Amigo a falta de 8s 1/10 para el final, Liniers terminó obteniendo el primer punto al vencer a Villa Mitre por 78 a 75. Ahora están 2-1 a favor del “tricolor”, que contó con un David Pineda en su máximo esplendor (30 y 11 rebotes), seguido por Herman Banegas (15 y 7). Gonzalo Martínez (23) fue el máximo anotador del “chivo”. El #4 juego se disputaría el próximo domingo.
En los primeros minutos de acción, el encuentro se tornó equilibrado, dado que Martínez (7) absorbió juego y Amigo (6) impuso su presencia en la pintura para el visitante; mientras que Gómez (5) calibraba la mira y Pineda-Banegas (8 entre ambos) marcaban diferencias debajo de los cestos ante la ausencia de Sikes. Pero con una buena rotación, Liners encontró los espacios (2 triples seguidos) y pudo distanciarse (20-8) y cerrar al frente el primer chico 21-16, aguantando el embiste de Villa Mitre.
En el segundo chico, Marinsalta (8) desgastó al “tricolor” con constantes rompimientos y junto con el trabajo de Bellozas (4) debajo del cesto. Aunque tuvo que padecer el juego interior del visitante, porque luego de haber conseguido 12 de ventaja (38-26), Pineda (8) comenzó a insinuar lo que vendría en la segunda etapa al mantenerse intenso y Banegas (5) lo apoyó hasta con una gran volcada rolando en el poste bajo. De todas maneras, Liniers se mantuvo arriba 41-34 en el marcador luego de la primera mitad.
A la vuelta del vestuario, Pineda (13) mostró todo su repertorio y con un cuarto casi perfecto (5/6 T1, 4/4 T2 y 8 rebotes) fue el corazón del equipo y su carta más clara de gol. Y gracias a su labor y apoyado por el aliento de la gente, Villa Mitre estampó un 23-10 (63-60), revirtiendo una desventaja de 16 (37-53), donde Martínez (8) y Torre (5) ajusticiaron desde el perímetro. Pero con tanta atención que generó Pineda, quedaron espacios libres, los que aprovechó Oyhamburo (8) para pegar con dos triples casi consecutivos ante la zona que ensayó el local.
En el epílogo, las tribunas de Villa Mitre cobraron protagonismo (ver aparte). Aunque en cuánto al juego, Martínez volvió a distanciar a Liniers (74-69) con dos triples consecutivos; pero la dupla Pineda-Banegas (11 entre ambos) siguió dando sus frutos y junto con la entrega de Acosta (4 rebotes) llegaron a un final muy cerrado. Pizzo, con mucha personalidad, tomó un rebote ofensivo tras un lanzamiento de Martínez y con falta no cobrada incluida puso al frente a “chivo” 76-74. En la réplica, Oyhamburo recibió falta personal luego de una rotación del balón. “Mati” anotó 1/2, el rebote le quedó a Amigo, quien fue cortado con foul. El interno encestó ambos y puso cifras definitivas para descontar en la serie y mantener a Liniers con vida.
Síntesis:
Villa Mitre (75) (34):
Iniciales: Matías Oyhamburo (10), Juan Ignacio Gómez (5), Sebastián Acosta (10), David Pineda (30) y Herman Banegas (15).
Ingresaron: Javier Bollo (0), Marcelo Berdini (2), Sebastián Tacchetti (1), Diego González (2) y Matías Monteoliva (0).
DT: Ariel Ugolini
Liniers (78) (41):
Iniciales: Santiago Torre (9), Gonzalo Martínez (23), Mariano Pizzo (10), Juan Ignacio Bellozas (10) y Matías Amigo (8).
Ingresaron: Franco Marinsalta (9), Gerónimo Fernández Chávez (3) y Ariel Ramos (0).
DT: Daniel Frola.
Cuartos: Villa Mitre, 16-21, 34-41 (18-20), 60-63 (26-22) y 75-78 (15-15).
5 Faltas: Bollo (Villa Mitre) y Bellozas (Liniers).
Árbitros: Miguel Firpo, Javier Sánchez y Emanuel Sánchez.
Serie: Villa Mitre 2 – 1.
Juego #4: domingo 23/12, 20.30 horas, en el “Osvaldo Casanova”.
Fotos: Romina Saldías.
Hinchada movediza
Restaban 53s para finalizar el encuentro, Pineda igualaba el partido en 74 tras 1/2 T1, cuando la hinchada de Villa Mitre comenzó a descender desde las populares hacia el campo de juego, situándose sobre el borde mismo de la cancha, imposibilitando un normal desarrollo del juego. Naturalmente que los reclamos no se hicieron esperar y Miguel Firpo, de gran criterio, pidió que para continuar, se retirara la gente y se ubiquen nuevamente donde estaban.
Tanto dirigentes, jugadores, como allegados tomaron cartas en el asunto para controlar la situación, la que pudo lograrse gracias a la buena predisposición de dicha hinchada y el trabajo de un cordón de seguridad que contuvo a quienes quisieran ingresar a la cancha.