La noche de Sevilla prometía mucho y cumplió con creces. Cervezas y charlas de bar en bar nos hicieron perder la noción del tiempo y volvimos al hostel a las 5am (hora local). De las charlas no les voy a contar mucho. Demasiados temas y algunos hasta irreproducibles en un blog público, pero creanme que la pasamos bárbaro y nos divertimos mucho.
Pocas horas para dormir, pero las aprovechamos. Esquivamos el desayuno y con una botella de agua y una bolsa de papas que había sobrado del almuerzo anterior nos fuimos hasta el Centro Deportivo San Pablo. Esta vez nos metimos entre la gente y llegamos a una mejor ubicación. Políticamente incorrecto, pero desde los griegos, hasta los filipinos las cosas pasan así.
Como ya dije antes, mucho análisis del juego no voy a hacer. Pero si que fue un partido duro, difícil y creo que hasta era perdible en los planes previos. Sin embargo el clima en el gimnasio era impresionante, la gente cantando y festejando cada punto, cada robo, cada tapa fue impagable. Lamentablemente no se pudo ganar adentro, pero afuera fuimos locales. Mañana será localía compartida, los filipinos se vinieron en patota y hacen más barullo que los Congodios en el Bombasí Stadium de Área 18.
Después del partido, el calor agobiaba cualquier intento por caminar en algún lugar que no sea a la sombra. Salimos con Diego y la flia después de haber grabado un informe para la web, y fuimos a un barcito de esos tantos que tiene Sevilla. Bocadillo y cervecita para recargar energías (bajo el aire acondicionado) y después a relajar en la pileta del hotel y jugar un rato con Santi. Terere de por medio, charlas variadas, se pasó la tarde.
Fuimos a ver un rato Grecia-Filipinas. Después a cenar a otro barcito camino al hostel, probando comidas totalmente nuevas, pero totalmente exquisitas. Y siendo las 1:16 am, termino estas lineas y me voy a dormir. Mañana por la mañana recorrida por la ciudad y a las 17:30, tercer partido de El Alma. Después les sigo contando.