Victoria de fe. El Iberostar Tenerife tuvo que tirar de carácter y convicción para sacar adelante un partido trabado ante un gran Movistar Estudiantes (81-74). El grupo de Alejandro Martínez fue de menos a más para llevarse un triunfo de lo más laborioso, forjado en la fuerza del bloque (hasta cinco jugadores en dobles dígitos de valoración) y en una gran segunda mitad, en la que los aurinegros, espoleados otra vez por su afición, apretaron atrás y enmendaron errores para superar a un rival muy correoso.
No fue ni mucho menos un triunfo plácido, entre otras cosas porque el adversario planteó un gran encuentro, trampeó continuamente los ataques del Iberostar e incomodó, y mucho, su circulación del balón. Eso y el buen hacer en la otra canasta de Nacho Martín, Xavi Rabaseda y un Javi Salgado especiamente inspirado en situaciones límite, pusieron cuesta arriba el partido para los canaristas desde los instantes iniciales (5-9, 5’).
El equipo canarista recurrió de entrada a los triples de Sikma o a los puntos de Richotti para contrarrestar el buen arranque de Pietro Aradori (11-17, 9’). Sólo un triple sobre la bocina de Saúl Blanco impidió a los de Vidorreta abrir brecha al cierre del primer cuarto (14-17, 10’). Con Luke metido en problemas con las faltas desde el minuto 12, el Iberostar Tenerife jugó muchos minutos con Rost al cuatro.
Trató de coger las riendas del choque el conjunto canarista, pero se tropezó con un Nacho Martín muy activo (11+5 al descanso). Además, el ritmo impuesto por Jaime Fernández y Javi Salgado permitó a los visitantes ganar en confianza conforme avanzaron los minutos, hasta el punto de neutralizar cualquier atisbo de reacción de los anfitriones, que amagaron en varias ocasiones con darle la vuelta al guión (22-24, 15’), pero acabaron cediendo fruto de la impotencia (27-36, 19’). Un triple lejísimo de Salgado en el último suspiro del segundo cuarto fue el mejor botón de muestra de ese querer y no poder de los anfitriones (34-41, 20’).
Convicción y corrección de errores
Sin embargo, el panorama cambió tras la pausa. El grupo de Alejandro Martínez mejoró considerablemente sus prestaciones al rebote, apretó atrás hasta ahogar las posesiones estudiantiles y aprovechó una jugada con varias visitas al 4,60 de Javi Beirán, tras falta recibida y sendas técnicas a Aradori y Vidorreta, para allanar un parcial de 12-0 con triple de Sikma final que daba por fin a los locales las riendas del electrónico (53-48, 29’).
No se rindió no obstante el equipo del Ramiro que volvió a mostrarse contundente al inicio del último cuarto y devolvió la moneda a los aurinegros con un 0-11 que les situaba otra vez en franquicia (54-60, 32’). El caso es que, lejos de rendirse y con el aliento de su gente (el público volvió a responder con creces en los momentos más delicados), el Iberostar Tenerife tuvo el carácter y la convicción suficiente para firmar un último arreón ya definitivo.
Dos triples consecutivos de Nico Richotti, otro de Saúl Blanco, varios rebotes ofensivos claves de Luke Sikma, la irrupción de Blagota Sekulic, que acabó marcando territorio en la pintura rival, y un mate del propio montenegrino, tras una gran asistencia de Blanco (73-67, 39’), decantaron la balanza del lado canarista. Por el camino, la meritoria defensa del propio Saúl para desgastar a Salgado, el buen trabajo también sobre Fernández (el Estu jugó muchos minutos con sus dos bases en pista), que ya no jugaba con la fluidez del primer acto, y el dominio del rebote, terminaban de darle al Canarias los mandos del encuentro.
Hubo tiempo todavía para un último amago estudiantil (73-70), pero el Iberostar Tenerife se manejó con firmeza en los últimos coletazos y sentenció el partido desde el 4,60 para sumar su undécima victoria de la temporada, acercarse al objetivo de la permanencia y consolidarse en la zona media de la clasificación.
Nicolás Richotti: 18 puntos (2/5 3p, 3/6 2p, 6/6 TL), un rebote, 2 asistencias, un robo y 2 perdidas en 29 minutos.
Crónica y fotos: Prensa Tenerife.