Este miércoles, en el estadio Etchart, de Ferro, se realizará el pre estreno del documental «León: reflejos de una pasión», sobre la vida de León Najnudel, una de las personas más importantes en la historia del básquet argentino y fundador de la Liga Nacional.
El corto dirigido por José Glusman recorre la trayectoria del entrenador a través de un archivo completísimo que se refuerza a partir de la participación de jugadores, técnicos y protagonistas allegados a la disciplina. Najnudel no es un personaje más en el básquet argentino. Y al margen de todo su empuje y dedicación, también fue un DT destacado, de altísima jerarquía mundial, con una personalidad avasallante y emprendedora. Como expresó el periodista Alejandro Pérez alguna vez, León era un adelantado a su tiempo. Se puede comprobar en el documental e incluso leyendo viejos artículos suyos: todas sus ideas y conceptos conservan, aún hoy, una vigencia escalofriante.
Obtuvo un título de LNB con Ferro, en 1989, dos Sudamericanos de Clubes, también con el Verde (1982 y 1983) y una Copa del Rey, en España, liderando al Zaragoza (su único paso por el exterior). En la competencia doméstica, dirigió 455 partidos, con 241 victorias y 214 derrotas. Pero su trayectoria no se puede reducir sólo a los logros deportivos: su legado abrió caminos. Y una buena porción de los logros obtenidos en la década del 2000 por la Generación Dorada se deben a la creación y el fortalecimiento de la Liga, el gran proyecto de su vida (concretado, tras años de lucha, en 1985). La evolución y superación del básquet en nuestro país tiene su raíz en aquel desafío concretado con tanto esfuerzo y dedicación.
«Fue un poco el papá de todos nosotros. Cuando llegué a Cañada de Gómez, hace muchos años, León tenía una relación muy cercana con esa ciudad y tuve la posibilidad de compartir muchísimas cosas con él; mis primeros viajes al exterior coincidieron con él. Los maestros que uno tiene en la vida son los que no te quieren enseñar. Y León no te quería enseñar: te enseñaba y punto. Vivía de la misma manera que pregonaba como había que vivir. Muchos decimos lo que hay que hacer y después hacemos otra cosa. Era un adelantado, no solo en la Argentina sino en todo el mundo. Cuando viajábamos a Estados Unidos o Europa, en todos los lugares la gente hacía silencio para escucharlo», lo definió tiempo atrás el actual DT de la Selección, Sergio Hernández. Y su antecesor, Julio Lamas, comparte perspectiva: «Para mí León Najnudel fue la persona más importante del básquet argentino porque provocó que se cambie la forma de competición. Esa Liga Nacional hizo que todos nosotros nos hiciéramos profesionales full time y que mejorara la competición que nos formó. Eso ya es irrepetible, no se va a poder hacer más y esa es la razón por la cual León fue la persona más importante en la historia del básquet argentino. Carismático, aglutinador de gente alrededor Fue mi maestro, la persona que a mí me enseñó cómo era esto, cómo tenía que trabajar, cómo tenía que caminar, y que me dio todo con total generosidad y desinterés. Ya no es objetiva mi opinión, es una de las personas que más quise en la vida. Me dejó muchísimas cosas».
El periodista Osvaldo Orcasitas, recientemente fallecido, lo definía con exactitud y elegancia como un apóstol de una religión llamada básquetbol. O.R.O. lo conocía bien: «Vivió predicando para engrandecerlo. Se adelantó a su medio. Veía siempre más allá con el don de los sabios y no se quedaba en la anécdota de un partido, sino que su preocupación profundizaba en los temas esenciales de la organización y de las estructuras». Najnudel era carismático, didáctico, formado, líder, inteligente y crítico. Lo tenía todo. Falleció el 22 de abril de 1998, a las siete de la mañana, tras combatir durante más de un año con una leucemia perversa y dolorosa. Justo en el día del entrenador. Otra paradoja del destino. Este documental, imprescindible para la historia del básquet argentino, es un reconocimiento que se le debía. Y la reivindicación materializada de su figura.
LEÓN EN 10 FRASES:
-«No hay que dejarse llevar por el nombre de un jugador. Hay muchos que no tienen fama, pero producen. A veces no son los mejores, pero producen como si lo fueran. Pero cuidado, porque yo quiero que los chicos de la cantera jueguen. Sin embargo, los procesos no se pueden demorar ni acelerar. Lo difícil es advertir cuándo es el momento».
-«Los campeones de todas las Ligas del mundo lo fueron por su plantilla nacional, no porque acierten con los extranjeros».
-«No hay que tener un jugador en un equipo cuando no está a gusto o no quiere jugar en ese club, aun cuando sea el mejor».
-«A los entrenadores se los debe juzgar por una trayectoria y no por un lapso corto, eso me parece imprudente. Se debe evaluar qué logró y le dejó al club después de su trabajo. No es un burro el que pelea el descenso, ni un fenómeno otro que gana 15 partidos».
-«Un entrenador es un vendedor del producto que ofrece. El mío es el de convencer a los dirigentes del camino a recorrer para lograr objetivos. Traer chicos jóvenes, desarrollarlos y lograr un equipo competitivo por ese camino».
-«Yo creo en la cosa diaria, de hacer pocas cosas nuevas pero todos los días, en cada entrenamiento. Hay entrenadores que prefieren darle al jugador una catarata de información diaria. Yo pienso que hay que darle un poco por encima de lo que es capaz de recepcionar y así ir levantándole el techo. Pero no atosigarlo, una cosa por vez todos los días. Además, hay que darle cosas básicas del juego, nada misterioso».
-«Creo en la simpleza y no todo el mundo está capacitado para ver las cosas simples. Trato de no irme de las obviedades, de las precisiones y no agarrarme de las excentricidades».
-«El que piense que en el básquetbol hay cosas misteriosas está equivocado. Los mejores entrenadores entrenan con una simpleza tremenda, en Estados Unidos, Europa o cualquier lado, porque todavía los partidos los ganan los que mejor pasan la pelota, los que seleccionan mejor los lanzamientos, los que menos violaciones cometen, los que agarran más rebotes. Eso no varió nunca. Este es un juego de jugadores y no de entrenadores, por eso trato de aportarles detalles obvios, simples, para mejorarlos, porque son cosas pequeñas las que diferencian a los jugadores».
-«Hay una frase de algunos entrenadores que repudio totalmente: Yo hice a tal jugador, dicen, y pretenden demostrar que dieron a luz a un jugador de básquetbol. Es una gran mentira, porque el jugador es hijo de tres factores, ordenados según su incidencia: sus aptitudes potenciales (lo que trae de la cuna), el medio interno en que se desarrolla y la influencia de su entrenador».
-«Para ganar hay que jugar mejor que el otro y tener algo de suerte, pero los resultados se obtienen después de un trabajo continuado».
LEÓN COMO ENTRENADOR:
Trayectoria: Sport Club en 1986, 1987 y 1988. Ferro en 1989, 1990, 1996/97 y 1997/98. San Andrés en 1990/91. Gimnasia (CR) en 1991/92 y 1992/93. Boca en 1993/94 y 1994/95. Racing Club en 1995/96. Dirigió el Zaragoza de España en 1983 y 1984.
Menciones: Campeón con Ferro de la Liga Nacional en 1989. Elegido mejor entrenador de la temporada en 1989. Elegido para dirigir el Juego de las Estrellas en 1988 y 1990. Campeón con el Zaragoza de la Copa del Rey de España en 1983.
Presencias internacionales en selecciones: Sudamericano de mayores en 1985.
Presencias internacionales en clubes: Sudamericanos con Ferro en 1981, 1982 y 1983. Copa Williams Jones con Ferro en 1981 y 1982.
Títulos internacionales: Campeón con Ferro de los Sudamericanos de Clubes en 1981 y 1982.
Fuente: Prensa CABB.