El nuevo calendario que regirá el básquetbol de la FIBA a partir de 2017 ya empieza a estar en la mira de algunos países, donde sus federaciones empiezan a trabajar con ese rumbo, con la intención de un desarrollo que les permita un mayor protagonismo internacional. Uno de esos casos es la Federación de Chile, que con la contratación del entrenador argentino Daniel Frola, comenzó a desplegar un proyecto con el que pretende llegar fortalecido al inicio del nuevo sistema competitivo de clasificación para la Copa del Mundo de 2019.
El propio Frola se encargó de explicar su llegada al cargo de entrenador jefe de la selecciones chilenas y hacia dónde apunta su tarea: “Yo estaba dirigiendo a Deportes Castro en la Liga Nacional, de la que fuimos subcampeones, al perder el quinto juego contra Colo-Colo, en la última temporada. Fuimos, claramente, la sorpresa del torneo en función del presupuesto. Al mismo tiempo, salimos campeones de Chile, en la categoría U15, con Deportes Castro. Antes de fines de diciembre me preguntaron desde la Federación Chilena si me interesaba presentar un profile para postular a la selección nacional. Lo hice y así quedó una terna de entrenadores, de la que fui elegido para este nuevo proceso”.
En cuanto a los objetivos fijados, junto a la Federación Chilena, para esta etapa, el entrenador comentó que “buscamos ir formando dos grupos de jugadores. Uno de aproximadamente 25 años y otro de clase 94 (21 años) hacia arriba. Con el primero le apuntamos al mediano plazo, ya que junto a algunos experimentados, buscaremos la clasificación a la Copa del Mundo en las eliminatorias que comenzarán en 2017. Al grupo menor, con varias jóvenes promesas que hoy juegan fuera de Chile, le daremos competencia internacional fuera del calendario FIBA para que puedan ir desarrollándose y ser así el motor del crecimiento del baloncesto chileno en el ámbito internacional a largo plazo”.
A pesar de que 2015 es un año sin competencia oficial para la selección adulta de Chile, el proyecto ya se puso en marcha, con concentraciones para ir conformando los dos grupos con los que trabajará Frola.
Desde el mes pasado se está realizando “un relevamiento de jugadores para ir designando a los jugadores que integrarán cada grupo, mediante mini-concentraciones. Ya a partir de agosto entrenaremos con los seleccionados y a mediados de septiembre haremos una gira internacional con ambos equipos. En octubre nos sentaremos con los diferentes estamentos a planificar el 2016”, comentó el entrenador.
Este proyecto encarado por la Federación se adentra en un baloncesto como el chileno, que no es netamente profesional y cuyos jugadores no tienen dedicación exclusiva, lo que hace la tarea más complicada.
Frola admite estar convencido de que “hay mucho potencial en Chile. Tanto en estatura como en talento. La meta es estimular el desarrollo con el entrenamiento diario por varios años. Debemos convencer a varios jugadores para que se pongan la meta de trascender las fronteras de Chile y así servir de ejemplo a muchos más. Lo que es Ziomara Morrison en el basquetbol femenino, debemos generarlo entre los hombres”.
Paralelamente el proyecto general dispondrá de dos planes: “Detección y Desarrollo de Talentos” y un “Campamentos para Armadores”.
Frola agregó que “la LNB está en claro crecimiento y le está dando las herramientas a los que se quieren dedicar fulltime. Cuando Chile se ponga a trabajar en conjunto, se notará el crecimiento, como ya se está viendo en los seleccionados de base”.
Un síntoma que permite sostener la ilusión de un progreso a futuro es que hoy varios chilenos o hijos de chilenos, jóvenes, están sumando experiencia en ligas extranjeras o algunos que se formaron en el exterior, ahora lo hacen en la LNB.
“Estoy en contacto con ellos y la mayoría está dispuesta a jugar por Chile. Son parte de este proceso. Jugadores como Nicolás Carvacho (Colorado State), Sebastián Herrera (Alemania) o Eugenio Luzcando (Iowa). Otros están en el país, como Rodrigo Madera (dominicano) o Juan Fontena (venezolano) son hijos de chilenos y para la Ley Nacional son considerados como cualquier otro jugador local. Los que tiene experiencia en otras ligas o la NCAA son fundamentales para aportar otra visión del basquetbol y, principalmente, para mostrar el camino para trascender las fronteras”, manifestó el entrenador.
Chile, que fue sexto en el último Campeonato Sudamericano, aspira a acortar las diferencias que sufrió en los últimos 40 años ante las potencias de Sudamérica. Busca elevar su nivel para ser más competitivo.
Frola opina que para lograr esto “se tienen que dar a corto plazo los primeros indicios y a mediano plazo, cuatro años, más o menos, se tiene que dar un salto de calidad para ganarse el respeto del baloncesto de Sudamérica. Está claro que este es el segundo deporte en Chile y cuenta con jugadores con potencial. Hay que planificar, trabajar mucho y competir en el ámbito internacional, para así poder subir algunos escalones”.
Fuente: FIBA.