«Me estoy sintiendo bárbaro. Estoy sano, estoy tirando bastante bien. Por ahí en algún partido me acelero un poco y tiro de más. Estoy tratando de limitar mucho los malos tiros, pero la verdad es que hay veces que tengo como un flash back y me olvido de esa máxima. Pero, en líneas generales, estoy conforme, jugando mejor de lo que pensé al inicio de la temporada. Y, además, el equipo está optimista», señaló Emanuel Ginóbili en su columna del diario La Nación. Te invitamos a disfrutarla.
Creo que está bastante claro cuáles son los fuertes y las debilidades del equipo. De acuerdo con las expectativas o con lo que pensábamos que iba a suceder con el equipo, estamos bastante bien defensivamente, más sólidos. Creo que somos la mejor defensa del torneo y si no lo somos, seremos segundos o, como máximo, terceros. Somos un equipo que habitualmente mejora mes a mes y esta vez empezamos muy bien. Eso es lo que nos está dando muchas de las victorias que tenemos y lo que nos está ayudando a tener este tipo de récords (14-0 de local). Ofensivamente me parece que estamos un poco mejor, nos costó bastante consolidarnos, no por estar jugando mal, sino porque pretendíamos encontrar el mejor balance para el equipo. Sumamos a LaMarcus [Aldridge], sin que el resto sintiera que perdía lugar o que no era importante. Me parece que en los últimos partidos el quinteto inicial está jugando mucho mejor. Y bueno, eso nos permitió ganar cuatro de los últimos cinco partidos con gran margen. En épocas de muchos partidos, ayuda porque, teniendo en cuenta el promedio de minutos de los últimos juegos, apenas uno o dos de los nuestros deben haber pasado los 24. Eso sin duda que nos viene bien porque se ganó en Atlanta por mucha diferencia, también a los Lakers, a Philpadelphia y a Utah. Son partidos que ganamos por 30 puntos y es algo poco habitual.
Dentro de estos últimos seis, está claro que perdimos contra Toronto, que fue de los partidos más flojos de los últimos días, pero así y todo, nuestro récord es 22-5. Así que me parece que es meritorio. Es verdad que no jugamos todavía contra Clippers, que lo vamos a hacer dentro de un par de días, tampoco lo hicimos contra Cleveland y Golden State, que son hoy por hoy los otros equipos con buenos registros. Tampoco jugamos contra Oklahoma City de local. Hay que ser cautelosos. Muchas veces perdés contra estos equipos en tu casa, pero por ahora no se dio. Así que estamos bien. Puede sonar a cassette, pero la verdad es que estamos tranquilos, humildes y sabiendo que esto recién empieza. No están todos los problemas solucionados. Hay mucho para mejorar. Incluso, hasta mejorando vamos a perder partidos, es parte de la ecuación. Y mirando un poco cómo va todo, tenemos que estar satisfechos.
A nivel personal me estoy sintiendo bárbaro. Estoy sano, estoy tirando bastante bien. Por ahí en algún partido me acelero un poco y tiro de más. Estoy tratando de limitar mucho los malos tiros, pero la verdad es que hay veces que tengo como un flash back y me olvido de esa máxima. Pero, en líneas generales, estoy conforme, jugando mejor de lo que pensé al inicio de la temporada. Y, además, el equipo está optimista. Así que es un muy buen inicio. La verdad es que como me siento bien, también ataco el aro, aunque con cuentagotas. Estoy buscando la mejor oportunidad y no lo hago alocadamente como lo hubiera hecho en los años mozos. Es verdad que también estoy en un rol más de conductor, pero porque la segunda unidad que integro está diseñada así, con un base que en los libros es un tirador [por Mills] y compartimos esa responsabilidad dependiendo del rival y de quién te defiende. Él confía mucho en mí y yo en él. Está muy aceitada la segunda unidad. El único que es nuevo en ese grupo es David [West], que está tratando de adaptarse un poquito más y está viendo cuál es su rol. La verdad es que los tenemos muy bien distribuidos y estamos satisfechos con lo que hace cada uno.
Sabemos que en este proceso tenemos que seguir trabajando en la estructura para que LaMarcus siga creciendo en cada juego. Debemos buscarlo cada vez más dentro de los partidos. Es clave para nuestras aspiraciones. Es un jugador muy determinante y tiene que estar contento y debe sentirse útil. LaMarcus sabe, o al menos eso ha declarado, que no vino acá a hacer los 25 puntos que hacía en Portland, y que va a jugar menos minutos porque hay muchos jugadores, y por cómo juega Pop hay una rotación que respetar. Pero también Aldridge sabe que, a la larga, el más beneficiado va a ser él, porque va a tener en los partidos más energía, va a estar en más juegos y su carrera se va a prolongar. Así que estamos tratando de usarlo más y mejor.
También es importante para nosotros Kawhi [Leonard], que hace cosas que generan asombro y uno piensa. ¡Qué bestia! Estamos disfrutando su ascenso y ascendencia dentro del equipo. Lo sabe y se lo hacemos saber. Se advierten sus ganas, su hambre y que siente que puede solo siempre. A mí también me pasó, pero también le sucedió a Tim [Duncan] o a Tony [Parker], es algo natural. Uno a los 23 años siente que pueda contra todo. Pero también uno se da cuenta de que él trata de poner esa pausa de la que le habla Pop, y de la que nosotros también le hablamos, para aprovechar toda la tensión que genera. Estamos disfrutando mucho ese talento. Además de los 20 o 22 puntos que está haciendo por partido, es tremendo lo que limita a los oponentes. Y no es nuevo porque el año pasado fue elegido el mejor defensor de la liga.
Es imposible no hablar de Curry [Stephen] porque me parece que lo que está haciendo es algo único. En realidad, no vi muchos partidos de Golden State. Sigo más las estadísticas. Pero un jugador que mete cinco triples por partidos y en casi los 26 partidos que jugó su equipo, no es nada normal. Y si se considera que tira casi con un 47% de efectividad, en un equipo que era imbatible hasta hace unos días y que es goleador de la NBA, hay veces que uno cree que él tiene que tirar todos los tiros. Porque cuanto más tire mejor es el equipo. Es que está lanzando con una efectividad tan alta, tomando tiros tan incómodos y tan determinantes, que da la sensación de que todas las pelotas tienen que pasar por sus manos. No creo haber visto estas características en otro jugador. Curry está en un momento en el que parece que puede tirar todos los tiros que quiera. Es tremendo lo que está haciendo. Es algo muy particular porque su estilo de juego es único. No creo que haya existido un jugador tan efectivo desde el dribbling y tan rápido para largar el tiro. El mundo del básquetbol lo está disfrutando mucho.
En los últimos días me preguntaron bastante si estamos más cómodos cuando las luces están en otro lado. La verdad es que no somos un equipo que está tan pendiente de lo que pasa alrededor, somos bastante viejos y tenemos en claro cómo es toda esta situación. No somos de preocuparnos mucho sobre cómo van los otros equipos, ni las rachas y esas cosas. Sin dudas que es imposible no mirar qué pasa con Golden State porque no pierde nunca o, ahora, casi nunca. Pero estar debajo o arriba del radar no creo que nos afecte mucho. El año pasado, cuando no logramos jugar muy bien, no creo que el problema haya sido un tema de tensión. No pudimos hacerlo por un montón de otros factores. La tensión de ser el favorito no nos jugó en contra el año pasado, como tampoco ahora creo que estamos mejor porque la atención está en otro lado. No creo que sea un factor determinante.
Sin dudas que la última semana fue especial porque viví una situación muy linda hace unos días cuando, por primera vez, me encontré cara a cara con un Ginóbili. Sabía que había uno o dos, pero nunca lo había tenido enfrente, así que le puse una carita a un ¿tocayo? Bueno, no sé, porque al ser nombre y no un apellido. La verdad es que es un divino el nene. Le pregunté si le decían Gino o algo así y me dijo que simplemente le decían Ginóbili. Así que le dije que estaba bien y me causó mucha gracia con la naturalidad que me lo dijo. La verdad es que cuando me enteré, que fue en mi apogeo mediático digamos, fue durante las finales de 2005, cuando había mucha tensión sobre el equipo y en mí, así que por ahí en medio de tanto ruido estas cosas pasaban un poco más desapercibidas. Pero 10 años después es como extraño y calculo que en otros 15 lo será más. Es como empezar a dimensionar todo lo que llevo vivido. Fue muy loco conocer y ponerle una cara al otro Ginóbili.
Y también son días argentinos, claro. Porque estuve con Luifa [Scola] en Toronto y en un par de días veo a Pablo [Prigioni], que viene a jugar con Clippers. Siempre está bueno poder ir a cenar con Luifa y ahora lo será también con Pablo. Es como aggiornar lo que nos está pasando. Respetamos la tradición de compartir un momento, más allá de estar siempre en contacto. Así que ya estoy buscando restaurante para llevar a comer a Pablo acá, en San Antonio. Siempre para mí es muy lindo verlos, porque son dos muy buenos amigos.
Fuente: La Nación.
Foto: ESPN.