Liniers no hizo pie a principios de 2016. Pero con el retorno del coach Ignacio Ferhmin enderezó la nave. Le dio un susto a Bahiense del Norte en los últimos playoffs y luego sumó a Mauro Zalguizuri. En este Oficial de Primera, festejó en 12 de 14 fechas y comparte la vanguardia junto a Villa Mitre. Y va por más…
Para Liniers, el comienzo de año resultó tormentoso.
Después de transcurridos apenas dos partidos sufrió la partida, por decisión personal, del entrenador Sebastián Aleksoski. De manera interina, se hizo cargo Nicolás Becchina.
Hasta que el jueves 7 de abril, por la sexta fecha del Ciudad de Bahía Blanca, el chivo visitó y derrotó a Estudiantes por 96-88, produciendo el debut del coach Ignacio Ferhmin.
Posteriormente, el albinegro continuó navegando en la irregularidad, llegando a combinar tres éxitos consecutivos con cinco traspiés al hilo. No obstante, en los cruce eliminatorios, tuvo contra la pared a Bahiense del Norte -propietario de ese tramo- al caer por 99-96 y 87-85.
Después del trabajo efectuado durante el receso invernal y abrochando el arribo de Mauro Zalguizuri, Liniers se hizo un lifting. Si bien volvió a caer a manos de Bahiense (94-90) en la fecha inaugural del Oficial, luego hilvanó siete triunfos seguidos y ahora acumula seis, siendo su última caída la sufrida el 1 de septiembre en el Tomás, donde Olimpo se impuso por 90-87.
Ese repunte lo catapultó a sumar 42,5 puntos, estableciéndose en lo más alto, donde comparte el liderazgo con Villa Mitre, al que sometió en el enfrentamiento de ida (67-66) y aún resta la revancha en el José Martínez.
El chivo acumula 12 alegrías en 14 presentaciones y el lunes será anfitrión de Leandro Alem.
Michigan Ferhmin explicó las razones de este gran momento chivo.
-Qué distinto es ahora todo, desde tu debut, ¿no es cierto?
-Puede ser. Los primeros partidos los empezamos ganando, después tuvimos una mala racha de cinco perdidos y en playoffs levantamos un poco, jugamos mejor, aunque no nos alcanzó para pasar a Bahiense en dos partidos muy parejos.
-¿Después te vino como anillo al dedo el receso?
-Sí. Pudimos entrenar tres semanas en buena forma, ya con la incorporación de Mauro Zalguizuri más la inclusión de Agustín Dottori, que había estado al margen por la lesión en un dedo. Con el equipo completo, pudimos corregir algunas cosas que no hicimos bien en el primer torneo. Ahora estamos mejor.
-¿Qué tiene de diferente este Liniers? ¿Está más seguro de sí mismo?
-Sí. El equipo está más confiado, mucho mejor en lo grupal y el ánimo creció. Es obvio que las victorias te hacen estar mejor anímicamente. Con respecto al juego, estamos progresando un poco en la parte defensiva, que era uno de los temas a mejorar. Creo que, si logramos hacernos fuertes atrás, seremos difíciles de vencer porque adelante tenemos muchas vías de gol.
-Claro, lo citás porque si bien venían convirtiendo mucho, también recibían bastante.
-Sí. Había partidos en que anotábamos noventa y pico, pero el rival también los hacía. Ahora hemos bajado un poco los puntos recibidos.
-¿Cómo analizás esta recta final del campeonato?
-Nosotros sabemos que tenemos la obligación de ganar este torneo para poder jugar la final del año. Bahiense está un poco más tranquilo que el resto, ya que se ganó el derecho a disputar la final. Apostamos a que el equipo se mantenga en el nivel que está teniendo y llegue bien a los playoffs, los cuales serán duros porque hay 3-4 equipos que están con la misma intención. Esperamos estar de la mejor manera posible dentro de un mes.
-¿Diste en el blanco con la llegada de Mamo Zalguizuri?
-Creo que sí. Fue uno de los puntos importantes por el cual el equipo cambió. Si bien el primer torneo de Matute (Matías Martínez) no había sido malo, porque fue un base que hizo jugar bien al equipo, por momentos estuvo muy solo. Ahora tenemos ese puesto un poco más repartido y, también, tanto Zalguizuri como Matute pueden jugar juntos.
-La gente se va ilusionando, sobre todo porque no piensa que Liniers haya llegado a su techo aún.
-Todavía podemos dar un poquito más. Estamos tratando de que ese techo llegue recién dentro de un mes, cuando empiecen los playoffs. Este es un equipo de experiencia, donde hay jugadores que tienen varias finales encima y eso te da la tranquilidad de saber que, llegado ese momento, estaremos fuertes para ir por el objetivo que tenemos todos de ganar este torneo y jugar las finales del año.
-¿Qué se habla en la interna del club del cambio colectivo producido desde tu llegada y que ahora estén peleando arriba, como viene sucediendo en los últimos años?
-Hay otras caras (risas). El ánimo cambió muchísimo, pero la dirigencia siempre nos dejó trabajar tranquilos. En los malos momentos no hubo ningún tipo de presión de parte de ellos. Eso ya pasó. Ahora, hay que disfrutar de lo que nos toca, pero sin dejar de trabajar para llegar a una meta que, sabemos, no será fácil. Tenemos la obligación de ganar este torneo.