Bahía Basket rompió el tablero anunciando el traspaso de quien fue su conductor durante las últimas tres temporadas. El sueño intacto de sumar a Prigioni, ¿utopía o chance real? Un nuevo armado del plantel, con Fjellerup llevando la base y más minutos de Martín Fernández como segundo tirador para ayudar a Redivo.
Saltar hacia adelante siempre tiene sus riesgos, aunque debe ser una de las cosas que más adrenalina genera, incluso cuando te va bien.
La decisión de Bahía Basket de desprenderse de Gastón Whelan tras el cierre de la zona Sur y las Finales de la Liga Sudamericana no deja de ser una apuesta más, pensando en un equipo al que le están faltando ciertos aspectos importantes en el juego, no ya enfocado simplemente en competir y estar entre los mejores 4 ó 5 equipos del país, sino metiéndose de lleno en el sueño de jugar la Finalísima de nuestra Liga Nacional.
Whelan, que alcanzó su pico máximo de rendimiento en la serie final del Sur frente a San Lorenzo en la Liga pasada (que como siempre transmitimos completa como local y visitante por Radio Universal), no terminó de recuperar esas altas actuaciones tras el receso, en un equipo cuyo balance dio mucho mejor en cuanto a resultados que en el rendimiento tras estos primeros meses de doble competencia.
Durante nuestra estadía en Brasil algunos días atrás, cuando fuimos el único programa de TV de la ciudad y la única transmisión radial del país cubriendo los duelos ante el Mogi das Cruces, fue evidente observar cierto malestar del cuerpo técnico por los errores que mostró el equipo en los cierres, y las dificultades que tuvo el perímetro en general y Whelan en particular para contener las penetraciones de un Taylor que fue factor clave en la serie. Más allá de que el cordobés era, junto a Juampi Vaulet, uno de los mejores defensores del equipo.
Es evidente que desde la organización que lidera Pepe Sánchez a nadie le tembló el pulso para tomar una decisión drástica que implica un cambio estructural en la media cancha del plantel. Esto adelantó en nuestra transmisión, post serie con Mogi, el propio Pepe. Y automáticamente surgieron dos líneas de acción…
La primera fue tratar de potenciar aún más a los pibes que ya son parte del proyecto, y en esa dirección volver a correr a Maxi Fjellerup a la posición de 1 dejaría a Bahía con un quinteto inicial con el tresarroyense, Lucio y JP Vaulet, más Levy y Johnson en la pintura, y una segunda dotación perimetral con Corvalán, Santi Vaulet (ya casi recuperado y listo para volver) y Martín Fernández. Justamente el mendocino parece el más beneficiado en comenzar a sumar mayores minutos en la rotación, ante la soledad de Redivo como único tirador natural hasta aquí, y los alarmantes porcentajes en triples que tuvo el equipo de la ciudad en partidos decisivos (incluyendo un 3/27 en triples en el juego 3 ante el Mogi).
La segunda alternativa es un sueño lejano pero no imposible: sumar a Pablo Prigioni, cortado por Houston en el cierre de la última pretemporada NBA, pero aún activo, entrenando en su Río Tercero natal y esperando ofertas europeas, con España como prioridad, aunque sin descartar en lo absoluto jugar en Bahía, el único lugar en el que lo haría en nuestro país según sus propias palabras tiempo atrás.
Está claro que Prigioni le daría al equipo esa experiencia y jerarquía que sólo Pancho Jasen está en condiciones de aportar hoy por hoy, sumado a un confiable tiro externo que se sumaría al de Redivo y colocaría a Bahía Basket definitivamente en el lote de grandes candidatos a pelear el campeonato. ¿Estará dispuesto Pepe a invertir todos los recursos económicos disponibles de la organización en hacerle un tirito a su heredero en la base de la Generación Dorada? Hasta fin de año, el equipo será el actual, aunque tras el receso por las Fiestas el intento se hará, y hasta entonces la ilusión seguirá intacta.
El nuevo Bahía Basket, que comenzaremos a observar en vivo desde la semana que viene cuando el sábado 10 reciba a Peñarol, tendrá después de ese partido un largo viaje para comenzar a adaptarse, con tres partidos en Formosa y Corrientes, vuelta al Casanova para cerrar el año como local el martes 20 ante Estudiantes de Concordia, y finalmente el mano a mano en Comodoro frente a Gimnasia para definir la clasificación al Súper 4.
Fotos: Prensa Bahía Basket, NBA y FIBA Americas.