Pasaron las tradicionales votaciones donde la gente de básquet de nuestra ciudad eligió a los mejores jugadores de la temporada 2021/2022 en nuestros torneos locales.
El premio principal de Segunda División se lo llevó Cristian Miguel, elegido mejor jugador de la temporada.
“Ya pasado un tiempo uno va cayendo en lo que logramos. El premio un poco me lo esperaba. Yo creo que fue gracias a todos los jugadores que tenía al lado, por cómo se portaron todos ellos conmigo. Asique se lo agradezco a ellos también” señala Miguel.
El alero reconvertido en interno esta temporada llegó a Sportivo para jugar en Segunda tras su paso con Villa Mitre en el Federal de Básquet.
“Antes de ir a Segunda me decían sobre el roce y lo duro que era la categoría. Pero yo nunca tuve ningún problema con eso, el que me conoce sabe como es mi juego. Rozar, pegar, bancarme los golpes, en ese sentido no tuve ningún problema”.
Su juego cambió. Por su condición física y su juego de contacto, rápidamente fue acomodándose abajo del aro, teniendo que marcar a los más grandes del rival. Incluso en las votaciones fue elegido como el mejor pivot del torneo.
“En ataque siempre jugué de frente. Pero en defensa siempre me dieron a los más grandes porque lo puedo hacer, incluso lo hago mejor que defendiendo a un externo. Me siento más cómodo de esta forma”.
Tras lograr el tan ansiado ascenso con Sportivo, el ex El Nacional, Olimpo, Liniers y Villa Mitre tomó la decisión de dejar el básquet al menos por esta temporada.
“Trataba de no pensar en eso, pero ya en los playoffs tenía en claro que me iba a tomar un descanso. Es una decisión tomada, por lo menos para este campeonato. Después más adelante se verá. Hoy mi prioridad es el trabajo, que por suerte me está yendo muy bien”.
Con los pies bien puestos en la tierra, Cristian entendió que el básquet no será para siempre, y que es momento de darle lugar a otras prioridades en su vida.
“Vi que la oportunidad laboral era ahora. En este tipo de trabajos no sabes si se te va a dar más adelante. Tengo muchas cosas proyectadas en la vida, sobre todo disfrutarla un poco más. Porque al básquet ya le dedique mucho tiempo, me tocó jugar muchas cosas importantes a pesar de tener 27 años, que por suerte me fue bien en todas. Y la vida se pasa rápido, así que quiero empezar a disfrutarla”.