En el Hernán Sagasti Liniers venció en un picante partido a Estrella 89-87, lamentablemente el gran partido brindado por los equipos se vio opacado por un triste hecho de violencia que sucedió entre jugadores e hinchas en la puerta de los vestuarios. Como consecuencia de esa riña el preparador físico de Liniers terminó cortado en su cabeza. Una nueva página negra del básquet bahiense.
Estrella inició el 1c como viene jugando a lo largo del torneo, siendo efectivos en ofensiva repartiendo el goleo. Un parcial 11-4 le daban la primera luz de ventaja al equipo de Deminicis. En Estrella, como de costumbre, el goleo de Alan Pan (21 pts, 5/6 t3) comenzaba a aparecer: 10 pts en el 1c. Los del barrio San Martin cerrarían el primer capítulo 24-15 a su favor.
La visita mantuvo la intensidad en el inicio del 2c y llegó a sacarle 17 al chivo (41-24) con la aparición de Santiago Quiroga (25 pts). Liniers no bajo los brazos y con la ilusión de meterse nuevamente en partido, estampó un parcial ¡21-7! y se marchó al entretiempo 48-45 arriba. Agustín Dottori (19 pts) fue uno de los responsables de este envión anímico.
Ya con el partido al rojo vivo, en el 3c reinó la paridad donde sin muchas diferencias dejaron todo por resolver en el capítulo final. En Liniers, Segundo Vasconcelo (22 pts. 11 reb) ya daba muestras de hacerse cargo de los ataques pesados. 65-65 y todo por definirse en el 4c.
Estrella golpeó primero y con un parcial 7-0 (72-65) de la mano de su goleador Santiago Quiroga generaba una nueva diferencia. Liniers no perdió el rumbo, metió algunas bombas difíciles y defendió a su rival de gran manera. 20-11 fue el parcial que estamparon los de Vago a 43 segundos del final, 85-83. Luego de que ambos hagan efectivos su rápidos ataques, sumando dos (87-85), con 18 seg la bola era para la visita. Después de una infracción, Quiroga haría efectivo su pasaje por la línea de libres e igualaría el marcador en 87. Con tan solo 3,5seg, el chivo encontró en soledad a Joaquín Larrandart que con un tiro volado sobre la chicharra sellaría la victoria 89-87. Liniers cortó una mala racha de 4 partidos, nada más ni nada menos que contra uno de los animadores de esta fase regular.
El episodio bochornoso de la noche, se vió cuando los jugadores de ambos planteles se iban a los vestuarios y en la puerta del mismo se generó una trifulca que involucró a jugadores, cuerpo técnico e hinchas. Lamentablemente para el básquet de nuestra ciudad, volaron golpes de puño y hasta algunos objetos, uno de ellos impactó en la cabeza de un integrante de Liniers quien terminó con un corte profundo. Para analizar la rápida salida de ambos equipos de la cancha, en un partido cargado de emociones, donde incluso hubo algunos entredichos en pleno partido, se debería esperar un tiempo más a que se desaloje la zona de vestuarios para evitar las agresiones desde las parcialidades. Veremos cómo actúa la Asociación de Básquet Bahiense en las próximas horas, pero posiblemente el informe de los árbitros tenga a algunos jugadores marcados.
Fue muy picante, necesitábamos mucho esta victoria veníamos de un mes sin ganar, un partido muy cerrado, nos estaban costando mucho los finales pero este lo pudimos sacar. Nos motivaba mucho que Estrella viniera muy bien, tenemos momentos de altibajos como todo equipo y estamos trabajando en eso, pero hemos dado el salto de calidad. Fue un partido muy caliente, por ahí habría que esperar para meterse al vestuario para no cruzarse con las hinchadas, pero lamentablemente pasan estas cosas que no deberían pasar.
Síntesis – Primera – Fecha 12
Liniers 89: Mauro Mierez 8, Segundo Vasconcelo 22, Franco Ferrari 16 , Joaquín Larrandart 16 y Julián Marinsalta 4 (FI); Franco Marinsalta 4, Agustín Dottori 19. DT: Mauricio Vago
Estrella 87: Tomás Bruni 13, Alan Pan 21, Matías Specogna 12, Santiago Quiroga 25 y Nahuel Cámara 5 (FI); Tomás Peña 0, Federico Lambrecht 0, Bruno Gigliotti 9 y Andrés Almirón 2. DT: Luciano Deminicis.
Parciales:15-24, 48-45 (33-21); 65-65 (17-20) y 89-87 (24-22)
Árbitros: Sebastián Arcas, Andrés Vizcaino y Joaquín Irrazabal
Estadio: Hernán Sagasti