Otra vez escribo al otro día, como lo venía anticipando los días son largos y las ganas de escribir a la noche son escasas y es mejor hacerlo antes de comenzar un nuevo día. Hoy más tranquilo, Argentina juega a las 22 (hora local) así que la mañana es tranqui. Mates en la terraza y a tipear.
El día 6 arrancó después del desayuno y de escribir el día 5. Fuimos a recorrer los jardines que formaban parte del Palacio San Telmo y que María Luisa, duquesa de Montpensier, le donó a la ciudad en 1893. Para que a partir de 1914 pasen a tener su nombre, y en 2004 fue declarado Bien de Interés Cultural.
Extensos metros de árboles, caminos y aves. Con diferentes monumentos, fuentes e historias. En él se encuentran el Museo Arqueológico y el Pabellón Mudejar: Museo de artes y costumbres populares, de la región de Andalucía. En el primero, solo pudimos recorrer desde la sala 8 a la 20. Recordando y disfrutando en vivo de los recuerdos del Imperio Romano y el arte que arrojó la región a lo largo de la historia. En el segundo, conocimos la forma de vida en esta región hace más de 100 años atrás, la producción de vino, de aceitunas, el tratamiento del metal, la fabricación de instrumentos en los talleres artesanales como la guitarra y los palillos (castañuelas), como así también la fabricación de objetos con cerámica y un sin fin de costumbres locales.
No nos dimos cuenta, pero el tiempo se fue volando, más de cuatro horas recorriendo museos y el parque, nos obligaron a hacer una parada táctica para comer algo. Después si, como se nos hizo costumbre antes de cada partido, pasamos por el hostel a descansar y refrescarnos, el calor sevillano es duro de roer, creanme.
El camino a la cancha es cada vez más largo,pero ya no nos perdemos como la primera vez. Del partido que les puedo decir, fue perfecto. Se mejoró en defensa, más efectividad en triples, y hasta debutaron todos los pibes, a tal punto que el futuro de la selección terminó en cancha y la gente coreo por más de cinco minutos el “vamos vamos los pibes” que le erizó la piel a más de uno y provocó que los rivales filmaran sorprendidos la fiesta nuestra.
Después fue momento de relajarse y de aprovechar el aire fresquito y la tregua que nos dio por fin el calor. Los 100 montaditos fue el lugar elegido para la cena con Juli, Diego, Ampi y el “loco” Santi. Jarra de tinto de verano para matar la sed y una noche bárbara que terminamos recorriendo la zona de La Triada, donde hay un bar al lado del otro, entre charlas y anécdotas prohibidas de hacer públicas.
A la noche toca Grecia y cerramos el grupo. Hoy será el turno del Palacio Real Alcazar, veremos con que nos encontramos.