«Por suerte ya pasó lo más complicado y definitivamente estoy mucho mejor», señaló Emanuel Ginóbili en su habitual columna del diario La Nación. Y siguió: «Ya pasó la primera semana que todos me decían iba a ser la más dolorosa y difícil de llevar. Y realmente fue complicada, en especial los primeros tres días. Fueron de mucho dolor, mucha molestia y todo lo que puedan imaginar. Con el paso de las horas fue aflojando todo y ahora tengo mejor calidad de vida, hago las cosas con normalidad. Ya puedo caminar bien, puedo manejar, puedo hacer casi todo». A continuación, la nota completa.
Los primeros días eran en la cama por completo, siempre horizontal y con una incomodidad bastante importante. Ahora estoy recuperándome. Es cuestión de tiempo, de ver cómo mejora la zona y cicatriza todo. Fue una operación, invasiva y delicada. Por eso lleva un tiempo recuperarse. Los médicos todavía no tienen mucha idea de cuántos días puede demandar la rehabilitación. Básicamente eso estará vinculado con el dolor que yo pueda soportar o cuando no me moleste. No hay muchos casos de esto; son contados con los dedos de una mano. Así que lo que único que se sabe es que son cuatro semanas como mínimo. Si es más o menos tiempo, se irá midiendo de acuerdo con la evolución. No hay un plazo.
Que todo esté bastante encaminado hace que uno esté más tranquilo y se sienta de mejor humor. Por ese lado estoy bien. Como estoy en otro momento de mi vida, me tomo las cosas con más calma y menos ansiedad. Sí estaba preocupado por mi salud. Tengo claro que esto va a llevar un tiempo y no voy a poder adelantarlo. Es probable que cuando falten una semana o 10 días para volver me ponga un poco más impaciente. También tengo claro que voy a tener que hacer un acondicionamiento físico, que es lo que menos me gusta, pero bueno, sé que debo hacerlo. Eso va a ser más complicado, pero ahora estoy disfrutando de mi salud, de estar bien y de mi familia. Para recuperarme lo antes posible tengo a la mejor enfermera del mundo: Many, que se banca todo. Encima le tocó esto en invierno, cuando siempre uno de los tres chicos está con tos y con esas cosas típicas de la estación del año. Así que estuvo a ocho manos y seis piernas. Espectacular lo que hizo. Por suerte ahora ya estoy autosuficiente y puedo colaborar un poco más. Pero la verdad es que por siete días fui un bebé más en la casa.
De todas maneras, y a pesar de las incomodidades, seguí lo que pasó con el equipo. Como siempre, en realidad. Y siento que estamos haciendo las cosas dentro de las expectativas que teníamos. Sabíamos que esta parte de la competencia tenía desafíos complicados, como lo fueron Golden State y Cleveland, dos rivales contra los cuales podíamos perder, por eso no era un problema. Es cierto que perdimos medio feo contra los dos y nos superaron ampliamente. Eso dolió un poquito. Pero la verdad es que no fue dramático. No tuvimos que replantearnos cosas ni cambiar algo en el juego. Simplemente se perdió un par de partidos y el equipo siguió ganando los encuentros que tenía que ganar. Por ahí en algunos no jugamos muy bien, como ante Lakers, pero son cosas que pasan en una temporada larga. Empezamos «El Rodeo» ganando un back-to-back, partidos en días consecutivos, que no eran por ahí de los más complicados, pero tampoco eran garantizados. Le ganamos bien a Miami y después resolvimos, sin jugar bien, el partido con Orlando en la última bola. Y este último juego fue sin Tony y con Tim volviendo después de siete u ocho partidos. Así que creo que estamos bien. Estamos en buena forma. Es verdad que no me gustó perder como lo hicimos contra las otras potencias, pero podía suceder. El equipo sigue firme y con una marca admirable. Incluso, me parece que es nuestro mejor marca y con eso no quiero decir que es el mejor equipo de los Spurs, pero algo indica, algo estamos haciendo bien. Y por más que hayamos perdido contra rivales directos, como Oklahoma City, Golden State, Cleveland, Toronto y Chicago, eso no nos inquieta. Sí nos pone atentos y está bueno que no estamos tranquilos. Tenemos que mejorar para ganarles a los mejores. Tenemos claro que no podemos descuidarnos frente a los poderosos, porque si nos desconcentramos, en cinco minutos nos cocinan. Pero nuestra marca está muy por encima del 80% y es algo tremendo.
Sé que todos hablan de Golden State y nosotros lo sufrimos. Incluso algunos se preguntan cómo pararlo y la verdad es que no parece haber una forma. Primero, no debe tener una noche inspirada Curry, y tampoco todo el equipo, como sí sucedió contra nosotros y como pasó en tantos otros juegos. No sé si hay una forma de ganarle, y la verdad es que ahora no me interesa. La forma de vencerlo podría interesarme un 25 de mayo o un 2 de junio. Ganarle ahora suma un partido, no más que eso. Sí es cierto que está en un momento increíble, jugando un básquet literalmente extraordinario y con un nivel admirable de confianza y de bienestar en el campo. Pero nosotros nos ocuparemos de saber cómo detenerlo cuando sea un momento de definición.
Sigo al equipo desde casa, y la verdad es que es una sensación extraña. Y es un período raro, porque por tres días no pude salir de casa, y sólo después de una semana pude manejar. Así que ahora que podía ver a mis compañeros, ellos están de vacaciones. Y cuando regresen tendrán 10 días más por «El Rodeo». Así que hasta el 27 de febrero no voy a verlos. Es extraño porque nunca pasa eso de no estar con el equipo. Así que a base de textos o chistes que van y vienen o por comentarios, permanezco en contacto con todos. El encuentro con el grupo va a tener que esperar.
Sé que hubo mucha preocupación en todos lados y en especial en la Argentina. Quiero agradecer a todos por los mensajes en las redes sociales, donde me manifestaron su preocupación. Primero todos se lo tomaron bastante en broma, como suele suceder con estos temas, pero cuando se anunció lo de la cirugía, recibí mucho afecto y buenos augurios. Por suerte la parte más fea ya pasó. Fue delicado y no la pasé bien, pero ahora estoy mejor y de buen humor, que es fundamental. Estoy disfrutando de la familia hasta que pueda estar en la cancha compitiendo. Sé que eso hoy no es prioridad y que no va a pasar hasta dentro de un tiempo. Ahora, con paciencia, voy a esperar mi momento.