Ante los Blazers Manu Ginóbili se convirtió en el cuarto jugador de más de 40 años de edad en anotar al menos 20 puntos en dos partidos consecutivos, uniendo su nombre al de los legendarios Abdul-Jabbar, Robert Parish y Michael Jordan, los únicos que lo habían logrado en la NBA. Palabras mayores. El diario Marca y la BBC le dedicaron muchos centímetros a la extraordinaria vigencia del bahiense, sus cuidados, la relación con el fisio Paulo Maccari y el método Busquet.
Sólo dos jugadores en la historia de la Liga habían anotado a esa edad más puntos en un partido, Michael Jordan y Kareem Abdul-Jabbar. Pero el argentino es el primero que consigue anotar 20 o más puntos dos partidos consecutivos saliendo desde el banquillo.
Pese a las extraordinarias prestaciones que ofrece a su edad, Ginóbili no conoce la pócima de la eterna juventud. Tampoco ha hecho un pacto con el diablo, pero sí con una persona que tiene mucho que ver con su longevidad: Paulo Maccari, su primo y fisioterapeuta personal, con el que lleva 18 años todo lo concerniente a su físico y su alimentación. Hace 11 años fijó su residencia en Madrid, donde regenta la clínica de fisioterapia Maccari Sports en Fuenlabrada, labor que compagina con el tratamiento personal de muchos deportistas de élite.
MANTENIMIENTO
Su relación con Ginóbili, además de por parentesco, viene de muy lejos: «Cuando yo me hice fisio en Argentina estuve trabajando en Boca Juniors y después estuve con él en la Kinder, luego yo volví a Boca y él se fue a Estados Unidos. Cuando te vas poniendo viejito te empiezas a preguntar qué puedo hacer para mantenerme. Yo ya me había venido a vivir a España, y empecé a ir cada 40 días a trabajar con él a Estados Unidos».
Maccari emplea con Ginóbili y con todos los deportistas con los que trabaja el ‘método Busquet’. «Es un método manual de relajación de todas las cadenas musculares. Buscamos la pausa de los problemas y tratar de prevenir lesiones. Lo que yo hago no hace que la meta y que hoy por hoy esté jugando como lo está haciendo, el objetivo es que él se sienta bien, contento, que no tenga lesiones. Después lo otro es talento y entrenamiento de cada uno».
Su método tiene algunas peculiaridades, como la de no usar frío, ni antiinflamatorios y es fundamental cuidar al máximo la alimentación: «Yo no uso hielo, ni trabajos de elongación, sólo de relajación. En un esguince de tobillo yo no trabajo con hielo y a los dos días están jugando. Nada de frío ni bañeras con agua helada. Y nada de antiinflamatorios. Hablas con cualquier deportista y todos los llevan en los bolsillos. No hace falta torturar al deportista. Hoy día parece que si no le pinchas o le clavas el codo no sirve.Pero la realidad es que con cosas simples y básicas, si se sabe leer el cuerpo es sencillo y se previenen muchas lesiones».
Tan importante es ese trabajo como la alimentación. Manu empezó a ver que tenía más lesiones y quería saber qué hacer para seguir jugando unos años más. Entonces cambiamos radicalmente su alimentación. «Le quité los cereales, el gluten, la harina, los lácteos, los solanáceos como el pimiento, el tomate o la berenjena, y la pasta. Esto último fue lo que más les costó porque no quería dejarla. Tratamos que su alimentación sea de grasas buenas, del pescado, del aguacate, del coco, de la almendra, de las nueces… porque da mucha energía».
La BBC señala que Ginóbili encontró en el método desarrollado por el kinesiólogo francés Leopold Busquets una terapia que le permitió llegar a la causa de los diversos problemas físicos que comenzaron a aparecer en su cuerpo tras cumplir los 30 años de edad.
«Intentamos mejorar la estática cotidiana y a nivel deportivo eso es fundamental porque de eso depende la eficacia del deportista», le explicó a BBC Mundo Gabriela Naranjo, licenciada en kinesiología y fisiotría y profesora titular del Método Busquets.
Naranjo fue la persona que introdujo al método a Paulo Maccari, quien a su vez es quien se lo presentó y desde entonces trata a su primo: Manu Ginóbili.
«Lo que tratamos de hacer es saber qué pasa a nivel de las cavidades y conocer la disfunción, la alteración del funcionamiento de algo que pudo haber sido por una mala alimentación, o un tema emocional, o una patología o una cirugía que haya dejado un punto de tensión», comentó Naranjo.
«Entonces trabajamos sobre la causa para que luego el músculo esquelético, lo muscular y la movilidad articular se vayan recuperando», agregó.
El método hace una valoración estática con el paciente de pie, de frente, de perfil y de espalda, para después hacer una prueba de movilidad de las cadenas musculares, de flexión, de extensión, las de apertura y de cierre.
«Ahí valoramos otra cadena que es importante, que es la neurovascular«, añadió la profesora del método Busquets.
«Luego en la camilla hacemos la palpación de las distintas cavidades, pero siempre hay que tener en cuenta que lo primero es la interrogación al paciente para saber el motivo de su consulta».
UNA VIDA PRIVADA SANA
Pero no todos los beneficios de la fisioterapia y la alimentación bastan. La vida privada también es objeto de estudio por parte de Maccari, porque no pocas veces influye en los dos factores anteriores: «Hay que verla, porque si el deportista está mal con su mujer, con el entorno o con su entrenador, la estática cambia. Por eso en un vestuario en el que todo va bien hay pocas lesiones. Todo fluye. Y cuando vienen las cosas mal se rompe uno, otro y el otro, porque todo lo emocional influye en la estática. Hay gente que dice: ‘Sé feliz y cómete una pizza. Eso es canalizar mal a través de la alimentación las emociones malas».
LO QUE NO HAY QUE HACER
El fisio de Ginóbili alucina con los métodos que aún hoy tienen en algunos clubes: «Antes te decían: ‘tienes que comer pasta, esto y lo otro’. Hoy sigo viendo profesionales que termina un partido y comen pizza. Como puede pasar eso hoy en día en equipos que valen millones de euros.Y el día de partido comen pasta, y para desayunar, donuts. Es vergonzoso, pero después el médico, por no entrar en conflicto con el jugador y con el club, lo deja pasar».
Y hay vidas privadas nada modélicas: «Si te vas a una discoteca y comes lo que te da la gana seguramente tu carrera a los 30 años va a empezar a ir para abajo. Pero si haces trabajo de relajación, trabajo de meditación, comes bien, disfrutas de tu familia y tus amigos… eso es cuidarte y también es parte del trabajo».
Ginóbili renovó este verano por dos temporadas, por lo que jugará hasta los 42. Maccari cree que lo hará sin problemas: «Físicamente está bien, pero con 41 años volver a poner en marcha la maquinaria de un día para otro le costará. Hoy por hoy está disfrutando mucho del baloncesto, veo que vive cada partido como si fuera el último y se nota que lo disfruta, él se encuentra contento con su cuerpo. Mi objetivo es que esté disponible al cien por cien para el entrenador y para jugar».
Fuente: Marca y BBC.