Cuatro días antes de cumplir 77 años de edad, Atilio José Fruet se rindió por primera y única vez en su vida. Ya no tuvo más energía para pelearle a una maldita enfermedad… Y nos dejó. Mucho nos dejó: hombre noble, carismático, verborrágico, temperamental, combativo, ganador nato… Muy bahiense. Una leyenda de nuestro básquetbol.
Tejió su trayectoria con hilos de oro durante fines de los ‘50, la década entera del ‘60 y parte de la del ‘70, combinando innumerables hitos entre su Independiente, Olimpo y los seleccionados bahienses, de Provincia y hasta siendo capitán de la Argentina en participaciones internacionales.
Aunque, lo más sobresaliente, fue la tripleta que conformaron con sus lugartenientes de toda la vida, como el gran Alberto Pedro Cabrera y el necochense José Ignacio De Lizaso. Ese trío se encargó de liderar múltiples lauros deportivos, influyendo mucho en la edificación de los cimientos hacia una ciudad basquetbolera que, a la postre, se erigiría en una potencia y la cuna del deporte de los cestos.
Otro de los integrantes del brillante trío de basquetbolistas bahienses pergeñado en la década del ‘60, nos acaba de decir adiós: Atilio José Fruet luchó tal como si lo hiciera en la cancha, ante una grave enfermedad que lo terminó venciendo a sus 76 años, cuatro días antes de celebrar otro natalicio.
Muy probablemente, muchos de los que repasen estas líneas jamás vieron en acción a Lito. Ni siquiera quien las suscribe.
Pero sí hemos repasado la historia, nos hemos informado leyendo y escuchando gustosos a quienes resultaron contemporáneos de esa mágica era. Todos nos hablaron con devoción de la gloriosa época dorada bahiense.
Se trató del nacimiento del tan mentado trío compuesto por Cabrera-Fruet-De Lizaso.
De día, Atilio era el socio de su suegro en el local de materiales eléctricos Celsius Comercial. De noche, ya enfundado con su uniforme, se convertía en La Fiera, el ídolo…
Supo ganarse cada aplauso y elogio de la multitud con gotas de sudor y entrega, devolviéndole con creces a esos seguidores la confianza que le dispensaba.
Se supo querido, valorado y amado.
Siempre se entregó al 100%, surgiendo de la nada para encestar con más fuerza que elegancia o lanzándose de cabeza al piso tal cual rezaba su temperamento, inundando la cancha de vibración.
Hablar de Lito es referirse a un tipo aguerrido, caudillo, corajudo, verborrágico, sanguíneo…
Esas fueron sus características dentro de un rectángulo, disimulando las carencias técnicas. De mucho carácter y fuerte personalidad.
Fruet nació el 27 de octubre de 1941 en calle Italia 154 de Bahía Blanca, a una cuadra del club Independiente, donde se formó.
A sus 16 de edad, en 1957, debutó en Tercera división.
Ese mismo año obtuvo el Oficial, ascendiendo a Segunda. Al siguiente, en 1958, también se coronó campeón y subió a Primera. Para, en 1959, coronar la tripleta de adjudicarse el título en el círculo máximo con el viola.
Es un hito único en la historia bahiense. Inigualable.
Gloria aurinegra
Su pase a Olimpo, el 30 de marzo de 1960, conmocionó a muchos.
Y ese mismo año obtuvo el certamen del Ascenso con el aurinegro, amén de ganar la Copa Federal de primera división.
En 1961 repitió la Copa Federal y sumó el de Primera, repitiéndolo en 1962, 1964, 1966, 1967, 1969, 1971, 1972, 1973 y 1974. Y añadió la Copa Federal de 1963, 1964 y 1965 más el Ciudad de Bahía Blanca de 1965, 1969 y 1973.
Con Bahía dominó
Atilio jamás se imaginó que el 4 de marzo de 1959 significaría el comienzo de su idilio fulguroso con los seleccionados bahienses, tanto en regionales como zonales o provinciales.
Fue múltiple campeón, iniciando con el de 1960, en San Nicolás, tras una sequía de 14 años. Posteriormente, repitió en Olavarría (1964), Mar del Plata (1965), Luján (1966), Pergamino (1967), Junín (1968), Bahía Blanca (1969), Punta Alta (1970) y Burzaco (1971).
Revivió a Provincia
En el certamen Argentino, debutó en 1961, en Formosa y reforzando a Coronel Pringles. Su primer cetro lo abrazó en Jujuy ‘66, luego de 9 años sin conquistas bonaerenses, imitándolo en Paraná (1967), San Luis (1969), Catamarca (1970) y Corrientes (1971),
Capitán de Argentina
El 15 de febrero de 1963 supo vestir por primera vez la casaca albiceleste del combinado argentino que asistió al Sudamericano de Perú (4º puesto).
Ese mismo año participó del Mundial de San Pablo, siendo Argentina el ganador de la rueda Consuelo (8º puesto).
Hurgando en su palmarés internacional, asoma que Fruet disfrutó de la capitanía del seleccionado nacional en el Mundial de 1967 (6º) y en el Sudamericano de 1969 (3º), ambos realizados en Montevideo (Uruguay).
Esa misma responsabilidad la ejerció vistiendo los colores Independiente, Olimpo y las selecciones bahienses y bonaerenses.
No pudo ser
Quizá uno de los lamentos más grandes de Fruet en su carrera, haya sido no haber podido estar presente, por enfermedad, el 3 de julio de 1971.
Ese día, la selección bahiense derrotó a Yugoslavia -vigente campeón mundial- por 78 a 75 en la inauguración del estadio Norberto Tomás.
El Récord
El 9 de enero de 1968, se convirtió en el jugador nacional con el mayor registro de unidades en un partido del campeonato doméstico: encestó 62 puntos frente a Sportivo Bahiense, en el amplísimo éxito olimpiense por 102 a 30.
Después, lo superaría el estadounidense Elisha McSweeney, también de Olimpo, cuando el 2 de julio de 1980 le convirtió 66 a El Nacional, en el triunfo por 126 a 86.
¿Algún argentino lo superará?
“Dios estuvo conmigo”
El viernes 8 de febrero de 1974, fue el autor del doble ganador del segundo partido final de desempate contra Estudiantes.
El marcador reflejaba el 52 a 50 favorable a Olimpo, aunque todavía restaban 15 segundos…
Y fue el mismo Atilio el que despejó los fantasmas al robar esa última pelota para rubricar su obra e impedir que el albo pudiera empatar (aún no existían los triples).
De ese modo, a los 32 años, conquistó su undécimo título de primera división local.
Poco después dejaría boquiabiertos a propios y extraños: “No juego más, éste fue mi último partido”, sentenció en la requisitoria periodística del recordado Picho Mazza.
“Esta noche Dios estuvo conmigo, me vino a ayudar, a darme todo lo que le pedí para retirarme como quería. Ganamos, hice el doble del triunfo, salí campeón otra vez y todo esto fue en el estadio que lleva el nombre del Patito Tomás, que fue un hermano para mí… Me costaba mucho seguir porque a esta altura de la vida uno se tiene que entregar cada vez más a la familia y al trabajo. Además, los dolores en la rodilla izquierda me hacían sufrir demasiado… Y el drama que era para mí cuando agarraba el bolso para irme a entrenar o jugar y el nene y la nena se me prendían. Me apenaba dejarlos. Yo sé que a lo mejor podía seguir tirando un par de años más, pero ¿para qué?… Mi ciclo está cumplido y me retiré como quería. Le agradezco a Dios porque esta noche estuvo conmigo”, fueron sus últimos conceptos como basquetbolista de La Fiera.
¡Gracias por tanto, Lito!
¡Qué numeritos!
16: sus años como basquetbolista.
812: los partidos que jugó.
396: veces vistió la aurinegra.
232: la de Bahía Blanca.
79: la de Buenos Aires.
52: la de Independiente.
28: la Argentina.
15.514: los puntos que encestó (promedió 19,1).
8.530: fueron con Olimpo
4.102: con Bahía
1.244: con Provincia.
968: con Independiente.
267: con la selección argentina.
247: con la Asociación Buenos Aires.
156: como refuerzo de otros equipos.
Fotos: Club Olimpo, César Ruesga, Oscar Morán y ABB.