Sin dudas Bahía Basket vive su mejor presente deportivo desde sus inicios. En horas el equipo de la ciudad jugará la Semifinal de Liga Sudamericana, mientras que, en Liga Nacional, se ubica segundo en la tabla de posiciones, con un récord de 8 victorias y 3 derrotas. Juan Ignacio Sánchez habló sobre el presente de la institución, pero también dejó reflexiones sobre los objetivos del equipo y de la organización.
Además, se refirió a los estímulos que comienzan a llegarle a un jugador cuando las cosas marcha por buen camino: “El año pasado hicimos un gran trabajo en eso. El trabajo del cuerpo técnico fue brillante, perfecto. Este año requiere de una evolución. Es mucho más complejo todavía porque aparecen estímulos externos que antes no estaban, y es más difícil mantener el foco en lo que en verdad importa».
¿Cómo se explica este presente?
-El presente en los resultados se explica en la continuidad del equipo del año pasado, de haber hecho una gran pretemporada y de mantener una línea de juego desde hace 4 años. Ahora bien, los buenos resultados no significan que hemos jugado de forma consistente, sino más bien al revés. Igual estaría preocupado si estaríamos jugando en un nivel muy alto, porque es algo que es muy difícil de mantener durante toda la temporada, lo ideal es ir de menor a mayor.
¿El equipo tiene el Súper 4 como objetivo?
-No, no es un objetivo nuestro como organización. El equipo no está armado para buscar objetivos inmediatos. Sería injusto pedirle eso a nuestros jugadores, porque eso es mucha presión y todavía no están listos para jugar bajo ese tipo de presión todo el tiempo, son demasiado jóvenes. Hay que ir llevándolos y preparándolos durante la temporada para llegar al final frescos y que el examen lo den en los playoffs, pero con 60 partidos más encima. El año pasado hicimos un gran trabajo en eso. El trabajo del cuerpo técnico fue brillante, perfecto. Este año requiere de una evolución. Es mucho más complejo todavía porque aparecen estímulos externos que antes no estaban, y es más difícil mantener el foco en lo que en verdad importa.
¿Cuáles son esos estímulos externos de los que hablas?
-Las cosas lógicas que surgen cuando aparecen algunos resultados; el jugador pasa de dar una entrevista cada dos meses a dar dos por semana; se acerca gente de sus entornos a contarles como deberían seguir sus carreras, o como el entrenador debería darle más protagonismo, o van a un bar y donde antes te miraba una chica, ahora te miran veinte, y así miles de estímulos diarios que aparecen. Muchas veces el entorno del jugador empieza a «hacer planes» para el jugador en base a su conveniencia, y eso es un gran problema para el jugador, porque atenta con la continuidad de su aprendizaje sino sabe manejarlo. Y a esa edad nadie sabe manejarlo. La oferta de estímulos se agranda, y eso confunde, porque por lo general los que llegan son estímulos negativos, porque son amigos del éxito. Por eso, es mucho más complejo que cuando sos una sorpresa.
Y ojo, que eso nos afecta a todos, no solo al jugador. La diferencia es que los que tenemos más edad y por ende más experiencia, tenemos más herramientas para discernir lo bueno de lo malo de todo eso.
¿Cuáles serían entonces esos objetivos de organización?
-Competir siempre e intentar jugar mejor cada día. Y este año sumarle lucidez a la hora de tomar decisiones dentro un juego de mucha intensidad. Parece fácil decirlo, pero es muy complejo. Esto empieza por seguir teniendo como objetivo el progreso individual de cada uno de nuestros jugadores. Después, poder trasladarlo al juego de equipo, y ser mucho mejores en abril o mayo de lo que somos hoy. Si hacemos eso cumplimos el objetivo de Bahía Basket. Recién ahí pensar en objetivos puntuales, ser ambiciosos a la hora de soñar. Cuando llegue abril veremos si realmente estamos para competir con los equipos fuertes.
Por último, ¿qué te gustaría ver esta temporada de Bahía Basket?
-Que seamos fieles a lo que somos, a nuestra filosofía, a nuestra promesa como organización. Eso nos trajo hasta acá, y no al revés. Tenemos que seguir tomando riesgos, evolucionar, ir contra la lógica. Tenemos que ser cambio permanente. Si nos volvemos conservadores creo que fracasamos, porque no tenemos ni el personal ni las herramientas para poder serlo. Entonces, tenemos que arriesgar, siempre. Estabilidad laboral y evolución permanente. Y cuanto mejor nos vaya más intentar cambiar.
Fuente: Prensa Bahía Basket.